martes, 16 de marzo de 2010

QUIERO SER COMO BEECHAM


Sir Thomas Beecham (1879-1961) fue un músico inglés. Muy inglés. Tremendamente inglés. Tan inglés, de hecho, que tuvo la ocurrencia de fundar la Real Filarmónica de Londres y además fue director artísitico de la Ópera del Covent Garden. No nos sorprendería saber que además se diese baños de té con pastas.
Como le sucede a muchos genios, sir Thomas Beecham fue un hombre extraordinariamente despistado. Estando en un hotel de Manchester se le acercó una dama a saludarlo.
- Sir Thomas, es usted el músico más sublime de toda Gran Bretaña. Soy su más ferviente admiradora -dijo la dama-. Estoy segura de que recordará el día que nos conocimos, ¿verdad? Fue en la fiesta de cumpleaños de mi hermano.
Sir Thomas no tenía ni pajolera idea de quien era aquella señora ni mucho menos su hermano. Pero como buen gentleman, trató de disimular.
- ¡Oh, por supuesto, por supuesto! ¿Y qué tal se encuentra su hermano? ¿Sigue trabajando en... lo suyo?
- Está muy bien, gracias -respondió la dama. -Y sí: sigue siendo el Rey de Inglaterra.
En otra ocasión sir Thomas ensayaba con la Filarmónica cuando, muy alterado, dejó de dirigir y exclamó:
- ¡Mal! ¡Muy mal! ¡El segundo trompeta está tocando demasiado fuerte!
- Maestro: el segundo trompeta telefoneó hace media hora para decir que llegaría tarde.
- Bien, pues cuando llegue díganle que toca demasiado fuerte.

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